Ni chocolate de Dubái ni bombones rellenos: esta es la nueva combinación de sabores que triunfa entre los golosos
La mezcla de texturas y sabores que promete dar que hablar entre los amantes del dulce conjuga el chocolate con leche con la galleta Lotus.


El chocolate de Dubái, también conocido como Can’t Get Knafeh of It, es un postre de lujo que se ha vuelto viral en redes sociales como TikTok e Instagram. Fue creado por Sarah Hamouda, fundadora de la marca FIX Dessert Chocolatier, en Dubái en 2021. Su origen está ligado a un antojo de embarazo de la propia Hamouda, quien buscaba un chocolate diferente y con sabores de su infancia.
Este chocolate destaca por su combinación única de ingredientes y su presentación lujosa. Con cobertura de chocolate con leche suizo, se caracteriza por su relleno de crema de pistacho, tahini (pasta de sésamo) y kadaifi tostado (una masa muy fina y crujiente usada en repostería de Oriente Medio. Aunque su nombre original es más largo, se le conoce popularmente como “chocolate de Dubái” por su lugar de origen y para facilitar su identificación internacionalmente.
Tal ha sido su éxito en las redes sociales entre quienes lo han probado que está provocando serios problemas en la cadena de suministro de los pistachos. Sin embargo, esta popularidad podría mermar entre los más golosos tras salirle otro potente competidor: una variedad que combina texturas y sabores: la suavidad y cremosidad del chocolate con leche de los Alpes de Milka y el toque crujiente y caramelizado de las famosas galletas Lotus Biscoff.
Origen belga
Las galletas Lotus, también conocidas como Lotus Biscoff, han conquistado paladares en todo el mundo gracias a su sabor distintivo, su textura crujiente y su versatilidad. Lo que comenzó como una receta tradicional en Bélgica se ha convertido en un fenómeno global en cafeterías, restaurantes y hogares.
El sabor característico de la galleta Lotus proviene de una mezcla única de especias, principalmente canela y azúcar caramelizado, que le da un toque cálido y ligeramente tostado. A diferencia de otras galletas, no contiene chocolate ni relleno, pero su sabor profundo y equilibrado la convierte en una delicia por sí sola.
Su textura es otra de sus grandes cualidades: ligeramente crujiente, pero se deshace con suavidad al morderla. Esta combinación hace que sea perfecta para acompañar un café, y de hecho, en muchos países se sirve con el café en cafeterías y restaurantes.
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