Ana Milán: “Cuando estoy con gente, disfruto mucho y cuando estoy a solas, también. He aprendido a ser disfrutona”
Hablamos con la actriz alicantina que presenta colaboración artística, su tercer libro en unos días y nos recuerda lo que nos perdemos por estar siempre conectados.


La actriz y escritora Ana Milán (Alicante, 1973), presenta en días su tercer libro, primera novela, es de una de esas mujeres que quieres tener siempre al lado, compartir tiempo, experiencias, vida, risas y llantos. Sincera, intensa con todo lo bueno que tiene este adjetivo, no deja indiferente y no lo pretende. La vida es dura para todos, pero saber escucharse, conocerse, encontrarse, es un trabajo y ella es trabajadora nata.
Charlamos con ella horas después del ‘gran apagón’, Milán estuvo atrapada 9 horas en un tren sin que nadie fuera a rescatarles. No cree en la famosa frase “saldremos mejores” que tan de moda estuvo en la pandemia, porque no fue así, y tampoco hemos salido mejores de estar unas horas incomunicados, sin pantallas, porque en cuanto volvió la conexión, todo el mundo se lanzó a mirar qué se había perdido. “Estoy segura que nuestros abuelos, con todo lo que han vivido, también pensaron que íbamos a salir mejores”. Y no.
Y es precisamente respecto a este día sin pantallas, sin conexión, cuando nos cuenta que lleva tiempo desconectando el móvil los domingos, “lo tengo bastante a raya, he conseguido, con cierto esfuerzo, pero normalmente los domingos salgo a desayunar sin móvil. Me costó, hasta la tercera vez era como si me dejara algo en casa; después ya no. La cantidad de cosas que nos perdemos por ir mirando la pantalla. Puede sonar muy cursi, pero desde un atardecer hasta una sonrisa de alguien. Se ve en los conciertos, la gente grabando sin parar cuando va a estar en internet y con mejor calidad después y si se lo pierden”.
“No estamos viendo nada. Cada uno irá poniendo la conciencia en lo que necesite, o no. Tampoco se puede luchar, todos llevamos el móvil, y bien usado, la tecnología bien usada, es maravillosa, pero que no nos quite de lo rico, de lo bueno; yo amo las redes sociales, pero yo publico cuando toca, no tengo un calendario. Lo uso más para charlar con la gente. La gente es muy creativa, es graciosa, hay acceso a mucho talento; pero si te pasas 6 horas de tu vida pendiente, algo te pasa.
Pregunta - Ana, ¿de qué va la vida?
Respuesta - Como esto vaya de pagar el IBI, de pagar impuestos, de tener atascos y escuchar las noticias, es que nos tiramos al tren...
P - En su podcast, La vida y tal, ganador del Ondas al Podcast Revelación 2023, transmite una fuerza brutal
R - En mi podcast es casi obligación ser fuerte. Hay días que odio al ser humano, y otros que no. Por eso me parece tan importante la gente buena, porque nos pone muy bien por el mundo, es por la gente buena que esto merece la pena. Y te encuentras gente buena siempre.
P - En las relaciones hablamos de exigir, exigirnos, expectativas…
R - Exigir no es lo mismo que nos exijan. Cuando nos lo exigen otros, siempre nos quedamos en el pendiente, y es una sensación espantosa. Sigo mucho lo que cuenta Daniel Goleman y las inteligencias. Yo tengo mucha tendencia a exigir poco y celebrar mucho a los niños, por ejemplo, porque sino siempre se está en el debe. Yo me crié en una casa muy exigente, y tuvo sus cosas buenas y tuvo cositas que dolieron. Una niña a la que se le exige no recordará por qué tenía que sacar un 9 en un examen, pero sí recordará la felicitación. Todos hacemos todo para que nos quieran. Queremos que nos vean. Desde Beckham hasta la señora que te vende el pescado (justo en nuestra conversación aparece en TV el exfutbolista en su huerto recogiendo con su mujer nabos, un mensaje que ninguna sabemos interpretar), y nos perdemos grandes cosas cuando no vemos, cuando pensamos que hay gente que no tiene nada que ofrecer. Me he llevado grandes momentos con gente random.
Yo he aprendido a ser disfrutona, se trabaja serlo. Más difícil es morirse en vida y no querer estar. Mirar atrás y decir, ¿qué he hecho los dos últimos años?
Ana Milán
P - En las relaciones personales los ‘yo te aviso’ duelen tanto…
R - Ese ‘yo te aviso’, yo creo que depende del carácter y las circunstancias de cada uno. Yo cuando digo ‘oye, en un par de semanas te aviso y nos vemos’, es verdad. No es necesario que digas algo si no lo sientes. A mi me gusta mucho la verdad. Cuando aprendes a callarte, y a no decir algo si no te apetece, cúmplelo. Me imagino que el carácter de cada uno marca eso.

P - Me gustaría preguntarle por su colaboración artística con una marca que cumple ahora un siglo y medio de vida. Qué bonito decir siglo y medio. Font Vella celebra 150 años con artistas como usted, Pepe Baena, Los Bravú o Ana Jarén, que han creado diferentes obras.
R - El tiempo se encuentra. Hace ya muchos años que hago collage, y están todos vendidos, es una parte más privada. Tiene mucho que ver con vaciar la cabeza, entro y no hay nadie, suena música, estoy sola, y estoy yo en mundo que no es este. Es una terapia.
Esta colaboración con Font Vella fue un sí rotundo; me apetecía crear algo sobre la reuniones, la familia, que no es aproximar a un cliché, encontré la inspiración en amigos, en sus vidas Hay más silencios cuando estas con tu pareja a veces. Todos los amigos que tienen animales son familia, se vuelven antes de una fiesta porque su perro está solo. Yo paso muchas horas sola, de manera buscada, soy feliz.
P - ¿En qué proyectos está ahora?
R - Acabo de terminar una novela, me pareció algo precioso terminar justo el día de Sant Jordi. Mi novela trata de la vida de Josefa, una mujer que nace en 1946 y nace libre. Sale en breve. Es mi tercer libro, mi primera novela. He hecho un ejercicio de cómo funciona la memoria, y ha sido muy interesante. Me ha llevado mucho tiempo, ha habido mucha exigencia, tenacidad, a veces no podía, y de repente estaba parada. Es un lujo poder escribir sin tener fecha de entrega.
P - ¿Cómo disfruta Ana Milán?
R - Soy bastante disfrutona. Cuando estoy con gente me lo gozo. Y hay veces que también quiere estar sola y lo digo, no miento. La gente que me rodea ha aprendido que después de una función, en lugar de irme a cenar con ellos, yo me voy al hotel, lo saben, yo necesito bajar la energía, tengo mis rituales. Me conocen y nadie se enfada. Cuando estoy con gente, la disfruto mucho y cuando estoy a solas, también. Yo he aprendido a ser disfrutona, se trabaja serlo. Más difícil es morirse en vida y no querer estar. Mirar atrás y decir, ¿qué he hecho los dos últimos años?
A muchos les cuesta, a mí no. Nos hemos acostumbrados a ser políticamente correctos, y es una mentira, la verdad se entiende mucho mejor, es mucho más sencilla. Hemos aprendido a admitir la mentira del otro dándola por válida; no necesitamos mentiras, es mucho mejor crear relaciones sinceras.
Ahora empiezo con un proyecto que sale a la luz la semana que viene; también algo totalmente nuevo para septiembre. Sacar la novela, continuar con el podcast, el último live de la temporada en Murcia, y luego viene una temporada con sorpresa, a la agenda le quedan pocos huecos.
P - ¿Cuál es el lugar al que más le gusta ir, qué nos recomienda para este verano?
R - Me escaparía a Tailandia. Es mi casa.
P - ¿Y qué libro nos llevamos para ese viaje?
R - Además de mi novela, para un viaje largo recomendaría a alguien más importante, ‘HAMNET’, de Maggie O’Farrell.
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