Opinión

Árbitros: el Madrid son todos

Admitamos que en la cuestión de atizar a los colegiados hay mayoristas y minoristas, incluso distintos grados de culpabilidad, pero no encontrarán un inocente.

Pedri pide un penalti que Marciniak no señaló.
ROBERTO BREGANI
Luis Nieto
Director adjunto. Licenciado en CC de la Información por la U. Complutense y máster en Transformación Digital y Estratégica (EOI), inició su carrera en el Diario Ya. Trabajó El Independiente y Diario 16. Llegó a AS en 1996. Ha ejercido las funciones de jefe de fútbol, redactor jefe, subdirector, director de la página web y director de Información.
Actualizado a

Este martes visitaron AS tres de los subcampeones mundiales españoles de rugby a siete y explicaron sin espantarse cómo un simple gesto de desaprobación al árbitro, incluso sin palabras, suponía la expulsión por diez minutos. Esa autoridad la perdieron hace mucho los colegiados en el fútbol. Recordé en ese momento que el domingo, después de la victoria del Madrid ante el Celta, la televisión del club empezó por el final: dos presuntos penaltis no señalados por Gil Manzano, al que en el chequeo previo le habían diagnosticado ya antimadridismo crónico. La guerra por encima de la victoria.

Hace unas semanas, los clubes hicieron una especie de frente común ante esa escalada del Madrid contra los árbitros después de una carta bomba de cuatro folios de la casa blanca repleta de reproches y acusaciones. Menos de una semana después, Imanol, entrenador de la Real Sociedad, hombre de natural sensato, atizaba al propio Gil Manzano tras un partido ante el Betis (“Había muchas ganas de pitar penalti”). Y en la misma semana el Alavés emitía un comunicado, tras un encuentro ante el Leganés, quejándose de los arbitrajes que estaban “condicionando gravemente” los resultados del equipo. El propio Leganés protestó poco después tras un partido en el Bernabéu al sentirse atropellado por González Fuertes: “Y encima hoy nos roban también una hora… Seguimos luchando, pepineros”, ironizó en un tuit. Todos habían suscrito la condena al Madrid.

A raíz de aquel asunto de Munuera y las ofertas de empleo de varios clubes publicadas en su cuenta de Linkedin, el Atlético lanzaba un tuit en el que denunciaba “una maquinaria para presionar a los colegiados”, acusación velada contra el Madrid, en el que incluía el hashtag #StopAcosoArbitralYa”. Pero esta misma temporada, su entrenador, Simeone, había sugerido cien años de favores arbitrales al Madrid y el propio club rojiblanco presentó una queja ante la UEFA por la actuación de Marciniak a cuenta del doble toque en el penalti de Julián Alvarez en el partido de vuelta de octavos de la Champions ante el Madrid, hecho que pareció explicar todas las desdichas posteriores. La campaña contra el polaco fue tal que llegó a pensarse que su caso acabaría ante el Tribunal Internacional de La Haya.

Y ahora aparece el Barça, que carga con el pecado original de los 17 años en que pagó a Negreira sin que haya explicado por qué quizá porque todos sospechamos por qué, para atizar a coro a Marciniak tras su eliminación en la Champions. Eric Garcia, Pedri, Araújo y hasta el educado Flick apuntaron al colegiado como causante entre principal y secundario de la derrota en Milán por cuatro acciones (una mano reclamada por Pedri, el penalti a Lautaro, la falta a Lamine fuera del área y una presunta infracción de Dumfries sobre Gerard Martín previa al 3-3) que, según el analista arbitral de AS, Iturralde González, estuvieron bien peritadas. “Las jugadas al 50% siempre fueron para el Inter”, explicó Flick, que quizá olvidó que Marciniak, ciertamente casero en lances menos relevantes, no pitó el penalti de Lautaro, que metió dentro del área la falta a Lamine que se produjo fuera y que fue el árbitro de VAR quien le corrigió en las dos jugadas. La acusación no se sostiene.

Antes de la final de Copa, cuando la cosa le iba bien y el Madrid pataleaba por las inoportunas declaraciones de los colegiados de aquel choque, De Burgos y González Fuertes, el mismo Flick que enloqueció en la banda de San Siro clamando contra Marciniak (brotes así también ha sufrido otro caballero de esto, Ancelotti) pedía “respeto para los árbitros”. El que no tuvo Laporta tres meses antes, cuando tras la no señalización de una pena máxima a Koundé en Getafe dijo: “Lo del arbitraje fue una vergüenza. Que no se pitara ese penalti es un escándalo”. Este miércoles vino a decir lo mismo sobre Marciniak en un vídeo. Y Gavi le tocó las palmas: “No han querido que lleguemos a esa final porque con la temporada que estamos haciendo estaban cagados”. Convendría que precisara más quiénes tenían el vientre suelto: ¿Ceferin? ¿Marciniak? ¿Tebas? ¿El Madrid? ¿El Gobierno? ¿Donald Trump?

Y si entramos en la cuestión de las televisiones bala, en la del Barça, uno de los narradores del partido de San Siro llamó “quinqui”, “provocador” e “impresentable” a Acerbi después de que marcara el 3-3 y remató la faena apostillando que “no tiene nada en la cabeza”.

Noticias relacionadas

Admitamos que en la cuestión de atizar a los árbitros hay mayoristas y minoristas, incluso distintos grados de culpabilidad, pero no encontrarán un inocente.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:

Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Tu opinión se publicará con nombres y apellidos

Te recomendamos en Opinión

Productos recomendados

OSZAR »