Análisis de Fatal Fury: City of the Wolves, un regreso esperado con alma de clásico pero con fallos modernos

2025 es un año tan importante como interesante para los fans de los juegos de lucha clásicos, ya que con Fatal Fury: City of the Wolves, revive una de las franquicias más míticas de los salones recreativos durante la década de los 90. City of the Wolves es la nueva entrega de la saga Fatal Fury en más de un cuarto de siglo; Garou: Mark of the Wolves lanzado en 1999, era la más reciente hasta ahora. En nuestro análisis os contamos todo lo que hay que saber sobre este nuevo videojuego de peleas de SNK. Volvemos a South Town con Terry Bogard, Rock Howard, y compañía.

Análisis de Fatal Fury: City of the Wolves para PlayStation 5 y Xbox Series X

En Fatal Fury: City of the Wolves, hay un nuevo hilo narrativo que continúa la trama del anterior título, Garou: Mark of the Wolves. La muerte de Geese Howard, cabeza visible del submundo criminal de South Town, sigue muy presente entre sus habitantes incluso varios años tras el fatídico suceso. Su legado, de un valor económico incalculable, y entre el cual también se encuentran los misteriosos pergaminos Jin, sigue sin ser reclamado. Por este motivo, se decide crear un nuevo torneo King of Fighters; el ganador será el nuevo dueño legítimo de esta peculiar “herencia”, con la que no solo podría hacer que sus sueños se convirtiesen en realidad, sino también moldear South Town a su propia imagen y semejanza.

Esta simple premisa sirve de pistoletazo de salida y de “excusa” para que los diecisiete personajes controlables luchen entre sí con tal de alzarse con un premio tan suculento. La lista completa es la siguiente:

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Al margen de estos personajes incluidos en el juego base, por lo pronto está confirmado que el título se ampliará con un primer Season Pass, compuesto por cinco luchadores DLC más:

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El plato fuerte del plantel de luchadores es, sin duda alguna, Cristiano Ronaldo: el astro del fútbol debuta como luchador en esta icónica saga con un avatar digital cuyo parecido físico es cuestionable, y con la peculiaridad de que no posee “trama” propia, quedando excluido de los modos Arcade y Episodios de South Town, lo que plantea muchos interrogantes con respecto a su inclusión en el juego. Por otro lado, el DJ Salvatore Ganacci es otra personalidad del mundo real invitada a este nuevo torneo de lucha. Al contrario que Ronaldo, su integración sí es “total”, pues cuenta con su propia trama y motivaciones que, en mayor o menor medida, hacen que su aparición sea más “natural”.

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A grandes rasgos, el argumento es el que cabría esperar de un juego del género: no es malo, pero tampoco es especialmente bueno. Sin llegar a una presentación tan cinematográfica como la de otros títulos como Tekken 8 o Mortal Kombat 1, la trama está relativamente bien resuelta, y se aportan muchos detalles clave sobre muchos personajes, algo que, sin duda, los fans más acérrimos de los títulos clásicos de SNK agradecerán.

A nivel técnico y gráfico estamos ante un título que cumple. Se trata de un juego de peleas que no cuenta con parones o ralentizaciones de ninguna manera —el rendimiento es generalmente estable—, y que se ve de fábula gracias a su impresionante apartado artístico especialmente en sus versiones “mayores”, que son las de PlayStation 5 y Xbox Series X. El acabado visual es similar al del Samurai Shodown de 2019; con City of the Wolves, la intención de SNK era actualizar el aspecto de la franquicia Fatal Fury a los estándares esperados hoy día.

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Es decir, del pixel art de la última entrega de la saga saltamos a unas 3D reales cortesía de Unreal Engine 4. Los modelos de los personajes tienen un marcado y estilizado aspecto manganime, respetando los diseños originales, pero con multitud de filtros y efectos visuales como contornos y sombreados que culminan en una estética cel shading. Los escenarios, por su parte, son completamente tridimensionales pese a que la acción es en 2D. La sensación de profundidad es buena, y las distintas arenas de combate cuentan con innumerables detalles y elementos que, sin distraer nuestra atención de la lucha en primer plano, sirven para dotar de personalidad a cada ubicación visitada.

Por desgracia, no todo son luces en este apartado; en ciertos escenarios, como el del tren en marcha de Terry Bogard, hay elementos que chirrían demasiado con respecto al resto. En este ejemplo concreto, el fondo que se mueve tiene una calidad muy baja con respecto a la acción que transcurre en primer plano; esto hace que parezca que, en lugar de que el tren esté en movimiento, que simplemente esté parado y haya una pantalla verde al fondo, como en algunas producciones cinematográficas. Son detalles que no están tan cuidados como el resto y que, efectivamente, afean el conjunto.

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El apartado sonoro, por su parte, es uno de los mejores de City of the Wolves. Al margen de las voces de los personajes, disponibles tanto en japonés como en inglés y que aportan una personalidad única a cada luchador, hay que sumar una banda sonora de calidad y completísima que no solo incluye temas originales para los distintos escenarios y luchadores, sino que también trae consigo composiciones originales de artistas destacados de la escena de la música electrónica y dance como Steve Aoki, Afrojack o el propio Salvatore Ganacci.

Y, por si no fuese poco, también se incluyen las bandas sonoras completas de los títulos de las sagas Fatal Fury y Art of Fighting. Podemos editar la música que suena en cada escenario de entre una selección de varios centenares de pistas musicales, tanto las del propio juego, como las de títulos anteriores o las de artistas invitados. Casi nada.

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Pero vayamos a lo que de verdad importa: la jugabilidad. ¿Es bueno Fatal Fury: City of the Wolves en este apartado? La respuesta es un sí rotundo. Comencemos por lo básico: City of the Wolves toma como base el gameplay de Garou: Mark of the Wolves (1999), considerado ampliamente el cénit de los juegos de lucha de SNK incluso tras todos estos años, y comparable en calidad y profundidad a Street Fighter III: Third Strike (1999).

Mark of the Wolves prescindió del sistema de dos planos de profundidad y peligros del escenario, presente en anteriores juegos de la franquicia. En su lugar, el juego era una vuelta a lo básico: jugabilidad de lucha 2D pura y dura, pero con un gran añadido de peso: el parry, llamado Just Defend en este título. El control también se simplificó, asemejándolo al esquema presente de The King of Fighters, con dos botones para puños y otros dos para patadas. También se introdujo el sistema T.O.P., mediante el cual, antes de comenzar el combate, cada jugador elige en qué porción de la barra de salud de su personaje el luchador será algo más poderoso y tendrá acceso a nuevos movimientos.

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Todos estos elementos están de vuelta en City of the Wolves, aunque con distintos nombres: los parries se llaman defensas precisas, el T.O.P. ahora se llama S.P.G., y este estado especial también nos da acceso a los llamados Golpes REV, movimientos especiales con propiedad de súper guardia, así como al Hidden Gear, un combo potente único para cada luchador.

Un aspecto muy llamativo de City of the Wolves es que los movimientos mejorados no gastan medidor de súper, sino que hacen que aumente un medidor de sobrecalentamiento. Es decir, podemos empezar a utilizarlos desde un primer momento de los combates, sí, pero debemos hacerlo con mesura si no queremos que queden deshabilitados durante un buen tiempo, lo que podría dejarnos en desventaja. Es, en definitiva, un giro de tuerca muy interesante que hace que el ritmo de las partidas sea distinto al de otros juegos del género.

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Cada personaje está bien diferenciado entre sí, y aunque no hay tantas mecánicas de juego como en, por ejemplo, Street Fighter 6, no por ello Fatal Fury: City of the Wolves es un título menos complejo. Hay una gran libertad a la hora de poder hacer combos al rival de manera muy intuitiva, y conocer todos los match-ups y pormenores de cada mecánica y luchador nos ocupará varias decenas de horas.

El netcode va como la seda, y el balance de personajes es bastante equilibrado; cuando pierdes sabes exactamente por qué lo has hecho, sin que te quede un mal sabor de boca o la impresión de que el oponente te haya ganado simplemente aporreando botones. City of the Wolves es para Fatal Fury lo que Mark of the Wolves fue en su momento: la culminación de un sistema que se ha probado que funciona en incontables ocasiones. Su apartado jugable lo sitúa fácilmente en el top 3 del género.

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Al margen de los combates Versus en sí, tanto online como offline, la oferta de modos de juego es la que cabría esperar: Arcade nos permite disfrutar de la trama de cada personaje y Episodios de South Town es una aventura con toques RPG donde podemos ir mejorando a nuestro personaje y luchar contra oponentes bajo condiciones específicas. Tampoco faltan a la cita los imprescindibles Tutoriales, el modo Entrenamiento y las Misiones de personaje, destinadas a que aprendamos y dominemos todo tipo de combos avanzados cuya ejecución nos puede dar la victoria en una partida multijugador. También están Supervivencia o Contrarreloj, añadiendo variedad al conjunto. Además, y como curiosidad, sabed que el sistema de los dos planos de profundidad está disponible en un único escenario, y en el futuro se planea implementar también los ring outs, por lo que los jugadores más nostálgicos podrán rememorar varios de los momentos y situaciones más divertidas de algunos de los juegos clásicos.

Durante nuestro tiempo de juego previo al lanzamiento oficial, Fatal Fury: City of the Wolves tenía un problema grave en su sistema de logros, al menos en la versión de Xbox. Según comprobamos de primera mano, se desbloqueaban logros que no tenían ninguna relación con la tarea que acabábamos de completar. Por ejemplo, al completar el modo Arcade con todos los personajes, el juego nos premiaba como si hubiésemos superado el modo Nuevo Juego+ de Episodios de South Town. En otra ocasión, tras completar el minijuego de romper cien botellas de cerveza, saltó el logro de haber jugado 200 veces con el mismo luchador. Todo apuntaba a que los logros estaban activos, sí, pero que los triggers que los activaban estaban asignados de forma incorrecta, lo que provocaba que se desbloquearan logros que no se correspondían con lo que acabábamos de hacer. Esto afectaba a la sensación de progresión, de desafío, y potencialmente podría hacer que los jugadores no se animasen a explorar todo el contenido en la versión final.

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Afortunadamente, este comportamiento se ha corregido en la versión final del juego disponible desde el lanzamiento. Actualmente, los logros funcionan con normalidad y se desbloquean según lo esperado. Por supuesto, es positivo que se haya solucionado a tiempo, aunque esto tampoco invalida nuestra experiencia previa, que nos dejó cierta sensación de falta de pulido que es importante tener en cuenta al valorar el conjunto.

En líneas generales, estamos ante un muy buen juego de lucha que no llega al sobresaliente por los problemas anteriormente mencionados. Aunque el acabado general es bueno, hay algunos contratiempos que dan una mala impresión y que sugieren que ha habido prisas durante el desarrollo que ha impedido que no haya un testeo adecuado. Por fortuna, no es algo irreversible, y, al menos el aspecto de los logros y trofeos podría ser corregido en un futuro vía parches y actualizaciones.

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Otra cuestión criticable es, por supuesto, que desde incluso antes de que estuviese en las tiendas Fatal Fury: City of the Wolves, se sepa que van a llegar cinco personajes nuevos como contenido post-lanzamiento, por lo que esta primera edición del juego no es una “versión completa”. Es cierto que hace tiempo que los títulos del género pivotaron a un modelo de juego como servicio, pero esto no hace menos cuestionable la práctica. Aunque no se trate de un “despiece” como tal, sino de una estrategia para mantener vigente a este videojuego durante, al menos, un año más, sigue siendo una táctica que no es bien vista por todos los públicos y que, en cierto modo, fomenta la espera al lanzamiento de una edición completa.