
Doom: The Dark Ages
- PlataformaPCPS59XBS9
- GéneroAcción
- Desarrolladorid Software
- Lanzamiento15/05/2025
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorBethesda Softworks
Review
Análisis de Doom: The Dark Ages, la entrega más brutal y visceral del Slayer hasta la fecha
Analizamos las versiones de PlayStation 5 y Xbox Series X de Doom: The Dark Ages, la precuela tecno-medieval que revela los orígenes del legendario Slayer.
Durante estos días, os hemos hablado de las no pocas virtudes de Doom: The Dark Ages, la entrega más reciente de la saga Doom. Su combate es el más bestia y visceral hasta la fecha, y la dependencia del parry hace de él una entrega muy peculiar e interesante dentro de la franquicia. En este análisis de la versión lanzada en PlayStation 5 y Xbox Series X, destacamos todas sus luces y sus sombras.
Análisis de Doom: The Dark Ages para PlayStation 5 y Xbox Series X: el Slayer destroza y desgarra hasta el final
Antes de entrar en materia, toca contextualizar a Doom: The Dark Ages dentro de la franquicia. A grandes rasgos, estamos ante una precuela ambientada en un pasado indeterminado, que narra eventos anteriores a los de Doom (2016). El Slayer es utilizado como arma viviente por los Maykr, una raza alienígena muy avanzada tecnológicamente que tiene bajo su protección a los Centinelas de Argent d’Nur. Cuando el Infierno llama a las puertas de este reino tecno-medieval, el Slayer es la única esperanza que esta civilización tiene para ser salvada.

Esta nueva ambientación, que combina el medievo con lo oculto y mágico y la tecnología más vanguardista, se aleja de los escenarios tan manidos en anteriores entregas, como las sempiternas instalaciones científico-militares en Marte o ciudades de la Tierra invadidas por los demonios. The Dark Ages sirve, principalmente, para ofrecernos un vistazo muy interesante al pasado de uno de los personajes más memorables de los videojuegos.
Apartado gráfico de Doom: The Dark Ages y diferencias entre PS5, PS5 Pro y Xbox Series X
A nivel gráfico estamos ante uno de los juegos más potentes de la actual generación, aunque con matices, ya que hay que hacer una distinción por plataformas. El salto técnico y de fidelidad visual con respecto a Doom: Eternal (2020), que es de una generación anterior —fue lanzado originalmente para PC, PS4, Xbox One, Stadia y Nintendo Switch—, ha sido bárbaro. Esto se muestra, principalmente, en los escenarios, mucho más amplios y abiertos, y con una mayor cantidad de enemigos queriendo liquidarnos a la vez.

Como comentamos, hay diferencias palpables en las versiones de consola. Xbox Series X solo ofrece un ajuste predefinido de calidad gráfica y rendimiento, sin que el usuario pueda editarlo de manera alguna. Aun así, el resultado final es francamente bueno: 60 FPS sólidos, aunque, dada la enorme escala de las peleas y los enormes escenarios, el juego hace gala de resolución interna dinámica de 1440p que puede caer a los 1080p en los momentos de mayor intensidad. Esta imagen se reescala posteriormente a 4K. En líneas generales, es una versión bien optimizada, que funciona como debería.
Por otro lado, en las consolas de Sony, el rendimiento en PS5 es ligeramente inferior al de la versión de Series X (1440p dinámicos a 60 FPS dinámicos que se reescalan a 4K60), aunque tiene una fidelidad visual algo mayor. Es decir, tiene algunas caídas de frames en momentos intensos, aunque no son drásticas, pero a cambio ofrece un una mayor calidad en aspectos como iluminación dinámica o sombreados. La versión de PS5 Pro es decepcionante en el sentido de que posee la misma resolución y FPS base que los del resto: 1440p 60 FPS, aunque las caídas son a unos 1200p en lugar de a 1080. En ninguna versión hay que lamentar la aparición de molestos artefactos o problemas como tearing.

Habiendo hablado de las diferencias entre plataformas, toca resumir los aspectos comunes. En Doom: The Dark Ages, los modelos de las armas son convincentes, así como los de los numerosos enemigos, si bien es cierto que, en comparación, parecen haber perdido algo de detalle con respecto a los de Eternal. Entendemos que son concesiones necesarias para no recargar el juego involuntariamente.
Las no pocas secuencias cinematográficas muestran a la mejor y más detallada versión del Slayer hasta la fecha. El modelado de los demás personajes está a la altura de las expectativas, aunque no son ni revolucionarios, ni vanguardistas. En resumen, se trata de un título para el que ha habido que hacer concesiones en consola —no hay resolución 4K nativa— para favorecer la fluidez de su jugabilidad. En un buen monitor o televisor con HDR, se ve y se juega de maravilla.

Aunque en consolas no representa el techo técnico de la generación, le falta muy poco. En su lugar, ofrece un rendimiento generalmente sólido y robusto, si bien el juego queda descolgado del 4K que debería ser estándar en las consolas de nueva generación.
Sinfonía sangrienta: efectos de sonido, doblaje y banda sonora de Doom: The Dark Ages
Con respecto al apartado sonoro, no hay nada que temer. La huelga de los actores de doblaje patrios, que se opusieron frontalmente al uso de IA por parte de Microsoft, fue solucionada, lo que se ha traducido en que Doom: The Dark Ages finalmente sí ha venido doblado al castellano. El trabajo realizado es generalmente bueno, aunque sin destacar.
La banda sonora, por su parte, cumple con las expectativas. Pese al cambio de ambientación, las nuevas composiciones de Finishing Move —compositores también de Halo: The Master Chief Collection o Borderlands 3— son cañeras a más no poder. con ese toque de metal e industrial que tan bien le sienta a Doom. Este estudio de producción musical que colabora estrechamente con Microsoft ha tomado el relevo de Mick Gordon tras el desencuentro que tuvo con Bethesda/id Software, y aunque el trabajo de Gordon era antológico, el de Finishing Move no le va muy a la zaga. Huelga destacar que la mezcla de audio predefinida hace que la música pase desapercibida para que solo acompañe a las batallas y no entorpezca la localización de los enemigos en pleno fragor de la batalla.
Los contundentes efectos de sonido como los disparos y los gruñidos de la horda demoníaca se oyen mucho mejor mediante Dolby Atmos, tecnología con la que este título es compatible. Aunque con un home cinema decente se puede disfrutar con garantías de Doom: The Dark Ages, lo ideal es utilizar unos cascos 7.1 con audio espacial para tener siempre bien localizados a nuestros enemigos.
Jugabilidad de Doom: The Dark Ages y en qué se diferencia de los anteriores
Pero vayamos al plato fuerte: su jugabilidad. Doom: The Dark Ages sigue siendo un FPS, sí, pero la nueva mecánica del parry. El nuevo escudo que ahora porta el Slayer en su brazo izquierdo, éste permite bloquear de manera limitada, además de desviar ciertos ataques de los enemigos —no todos—, y es una herramienta que casa a la perfección con el enfoque más directo de la acción que vivimos en la trilogía reciente. Mientras que es perfectamente posible seguir liquidando a los demonios y otras aberraciones de distinto origen a tiro limpio y guardando las distancias, este enfoque hará que nos maten en los ajustes de dificultad más exigentes.

Se comparó mucho, y de manera errónea, al parry como si estuviésemos ante un Soulslike. Lo cierto es que la mecánica es más profunda de lo que parece, y una comparación más precisa —por lo esencial de dominarla— sería con Dead or Alive, la saga de juegos de lucha, de Tecmo. Porque, aunque The Dark Ages sea un juego de disparos en primera persona, por momentos parece un título de peleas dado el ritmo de los combates, marcado por saber cuándo y cómo atacar, y cuándo debemos cubrirnos o reflejar y desviar los golpes.
Los desvíos y contragolpes no solo sirven para evitar el daño que sufriríamos de ser golpeados, sino que también pueden activar habilidades adicionales como dagas etéreas, una torreta de hombro, terremotos o incluso electrocutar a los enemigos. Es decir, se incentiva al jugador a ir buscando deliberadamente el repeler los ataques de color verde, que son los únicos que pueden ser contrarrestados mediante el escudo.

El core de la jugabilidad de Doom: The Dark Ages, es ir superando distintas arenas de combate masacrando a todos los enemigos de diferentes maneras. Entre arena y arena, por los escenarios podremos encontrar secretos en forma de documentos que sirven para entender mejor el lore, figuritas a lo Funko del Slayer y sus enemigos, dinero para mejorar el arsenal o skins alternativas para nuestro arsenal. Si somos completistas, se trata de un título muy especial, ya que si somos un poco avispados no necesitaremos guía para obtener el 100%, algo en lo que su solvente mapa 3D ayuda bastante.

El arsenal del Slayer es el habitual en cuanto a casos de uso, aunque con un aspecto que casa mejor con la ambientación tecno-medieval. De esta manera, armas como la Superescopeta, el Lanzacohetes o el Empalador ahora son herramientas de muerte de última tecnología, pero con un toque artesanal que les da un aspecto anacrónico que les sienta de fábula. Por supuesto, dominar el uso de cada arma es esencial para solventar las diferentes situaciones de combate de manera eficiente: saber con qué arma golpear a cada enemigo es esencial si queremos sobrevivir.
A las armas de fuego se suman tres armas cuerpo a cuerpo diferentes: el Guantelete de Poder, el Mangual y la Maza del Terror. Aunque el uso pretendido es recuperar munición al tiempo que infligimos daño, cada una de ellas posee atributos y habilidades adicionales que las hacen más idóneas para distintas situaciones, ya sea infligir mucho daño a un único objetivo, o limpiar grupos de enemigos.

Las distintas configuraciones de escudo, armas de melé y armas de fuego implica que no hay una única forma “correcta” de jugar a Doom: The Dark Ages. A base de ir mejorando nuestro arsenal y obteniendo nuevas armas, conseguiremos encontrar sinergias y buenas combinaciones que nos ayuden a dar buena cuenta de los enemigos.
Otras dos novedades de peso son los Atlans y Serrat. El Atlan es un enorme mecha que pilotamos en unos pocos niveles, y que nos permite ponernos al nivel de los Titanes, los demonios de mayor envergadura. En estos niveles más cortos y lineales, podemos disfrutar de la batalla a una escala completamente diferente: a puñetazo limpio y arrasando con el escenario y con las tropas demoníacas, que ahora serán hormigas en comparación con nosotros.

Por su parte, Serrat es una adición simpática tanto para la jugabilidad como para el trasfondo del Slayer. Se trata de un dragón que pilotamos a voluntad en los niveles más abiertos, al más puro estilo Panzer Dragoon. A lomos de nuestro fiel “corcel”, participaremos en combates aéreos, al tiempo que exploraremos los escenarios más amplios en busca de zonas de aterrizaje que nos dejen en arenas de combate apartadas. Es más una curiosidad que una mecánica de juego “con todas las de la ley”, pero su inclusión, junto a la de los Atlans, aporta variedad y no rompe el ritmo en absoluto.

A nivel jugable, Doom: The Dark Ages es variado y divertido. El desarrollo de la aventura es bueno, y la trama cumple, aunque el último tercio del juego se hace algo reiterativo, y, lamentablemente, The Dark Ages termina con un gancho para secuela que no conecta directamente con algunos de los eventos narrados en Doom: Eternal, lo que nos dejará estupefactos si conocemos el trasfondo al dedillo.
No hay multijugador de ningún tipo; estamos hablando de un juego que es, estrictamente, para un solo jugador. Eso sí, la Campaña, dividida en 22 niveles, es larga para los estándares del género: hemos tardado unas 15 horas en completarla al 100% en dificultad Hacedme daño, la “estándar”. Lamentablemente, la rejugabilidad queda restringida a limpiar logros y trofeos, y probarnos a nosotros mismos que somos dignos de manejar al Slayer jugando en las dificultades más altas.

Hablando de dificultad, uno de sus rasgos a priori más polémicos, pero que en la versión final ha resultado ser una de sus virtudes, son las barras deslizadoras. En Doom: The Dark Ages no hay modos de dificultad al uso como en anteriores entregas, sino que podemos configurar libremente distintos elementos como el daño infligido, la salud de los enemigos, la velocidad de juego o la agresividad de los enemigos. El resultado es positivo, ya que permite configurar nuestra experiencia de juego para hacerla a medida, independientemente de si somos unos recién llegados, o veteranos de la saga.
¿Merece la pena Doom: The Dark Ages?
En última instancia estamos ante un juego robusto y completo. Si bien el gunplay y el bucle de la jugabilidad son los mejores de los juegos modernos, algunas decisiones cuestionables restan al conjunto, como una ausencia total de multijugador —irónico y hasta blasfemo, dado que el DOOM original popularizó el concepto de juego en red local vía partidas de todos contra todos—, o un cierre que no es todo lo satisfactorio que debería dado el estatus de precuela de este juego. Todo apunta a que esta conclusión más redonda quedará reservada para un futuro DLC.

En líneas generales hablamos de un título sobresaliente de una calidad equivalente a la de Doom Eternal. Para los seguidores de las macabras aventuras del Slayer, este viaje repleto de excesos es una nueva parada obligatoria. No obstante, a los recién llegados se les puede hacer un poco cuesta arriba hasta acostumbrarse, finalmente, a todo lo que The Dark Ages puede ofrecer.
Conclusión
Doom: The Dark Ages representa un auténtico salto evolutivo con respecto a Doom Eternal, lanzado en 2020 en la pasada generación de consolas. Se trata de un videojuego sobresaliente que ofrece un gran rendimiento y un gunplay excelso, cuyos principales pecados son su ausencia de motivos para rejugarlo una vez completado, y algunos problemas de ritmo en la recta final, junto con un cierre algo insatisfactorio. Aun así, se trata de una entrega que gustará mucho a los fans más acérrimos de la popular franquicia, y tenerlos pegados al mando un buen número de horas.
Lo mejor
- Gran rendimiento tanto en PS5 como en Xbox Series X
- Buena banda sonora y doblaje al castellano
- Posee el gunplay más salvaje de toda la saga
- El parry y el nuevo enfoque más directo y visceral es todo un acierto
- Permite configurar la dificultad "al gusto"
Lo peor
- No hay resolución 4K nativa, ni siquiera en PS5 Pro
- Sin modos multijugador, la rejugabilidad se resiente
- La trama queda abierta de cara a un futuro DLC
Nota de transparencia: hemos podido redactar el análisis de este juego gracias a que Bethesda España nos proporcionó acceso anticipado a Doom: The Dark Ages.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.