1x1 de España: recital, relajación y susto

La Selección da un recital ante Francia, pero pasa del 5-1 al 5-4 tras un carrusel de cambios en los que perdió el control. Mención especial para Huijsen, Nico y Lamine, que estuvo de Balón de Oro. La Selección jugará la final de la Nations League este domingo ante Portugal y ya es favorita en las apuestas para el Mundial del próximo verano en EE UU, México y Canadá.

Unai Simón: Estrenó capitanía, aunque el interlocutor ante el árbitro fuera Oyarzabal. Francia llegó mucho en la primera parte, pero Unai tuvo una gran noche, la mejor desde que es internacional, y lo sacó todo con mano firme. Desesperó a Doué, Dembélé y Mbappé. Solo le superó un tiro de Theo Hernández, pero por suerte se estrelló en la cruceta. Aunque acabó encajando cuatro, poco pudo hacer en la segunda parte.

Porro: Tuvo que ocuparse de unos de los jugadores más en forma de Europa, Doué. Le controló muy bien en la primera parte, pero tuvo más dificultades cuando Mbappé le dobló. Ahí necesito las ayudas de Le Normand, e incluso de Huijsen, que estuvo en todas. En la segunda parte, con España volcada y goleando al rival, hubo un descuido y Porro se vio obligado a derribar a Mbappé. Asistió a Lamine en el quinto.

Le Normand: Posicionalmente, es una garantía, pero sufre más cuando los rivales corren a campo abierto. Pero en esas circunstancias ha aprendido a usar su cuerpo para ocupar espacios. Se lleva golpes, pero le saca rendimiento.

Huijsen: Su ídolo es Sergio Ramos, pero juega como Fernando Hierro. Es un espectáculo sacando el balón jugado con una enorme visión y una zancada prodigiosa que recuerda a su paisano malagueño. Marcó un golazo, pero se lo anularon por un fuera de juego milimétrico de Zubimendi. En todo caso, la jugada reflejó su cara vocación ofensiva

Cucurella: Le pitaron por aquella mano de la Eurocopa a la que Alemania se agarra para justificar su eliminación en el último campeonato de Europa. Pero no aplaudieron a Pedri tras verle de nuevo después de disfrutarle solo siete minutos en ese partido, del que tuvo que marcharse tras una entrada de Kroos que le afectó a la rodilla.

Zubimendi: Cuando Merino adelantó su posición y Pedri se le acercó fue cuando sacó todo su potencial. El mediocentro es una posición poco agradecida porque tiene que sacar los balones sucios para que el que pasa cerca saque los balones limpios. Pero eso lo hace muy bien. Se activó y cuando lo hizo la Selección arrasó.

Merino: Es más delantero que centrocampista. Como punta ha jugado en Arsenal casi toda la temporada y cada vez que lo hace con la Selección, marca. Es una suerte que, en ausencia de un ariete nato, aparezcan jugadores como Merino, que tiene puntería. Stuttgart es su plaza.

Pedri: Mejoró mucho cuando intercambió su posición con Merino. El canario necesita jugar con el balón de cara, no de espaldas a la pelota. Cuando De la Fuente le mandó jugar en la posición de Merino, que es la que desempeña con Flick en el Barça, empezó a funcionar el motor de España y llegó el espectáculo de juego y goles de la segunda mitad de la primera parte. Para colmo, en la segunda hizo un golazo en una jugada primorosa.

Lamine: Es un virguero, pero de los efectivos. Dueño absoluto de la banda derecha, que usa para tirar diagonales y buscar el tiro de banana con su pierna buena, la izquierda. Todos los defensas saben que esa es su jugada y que la va a ejecutar con tiro final con la zurda, pero no son capaces de evitarla. Garrincha siempre hacía el mismo regate con salida por idéntico perfil, pero nadie era capaz de evitarlo. Además, tuvo el premio del gol, primero con un penalti que lanzó con maestría y luego con un toque mágico en el quinto de España. Lamine Yamal merece el Balón de Oro porque no hay nadie como él.

Oyarzabal: Magnífico y generoso. Tuvo participación en los goles de Nico y Merino, en ambas ocasiones con dos toques tan sutiles como efectivos. No hay un 9 en España, pero hay tres o cuatro jugadores que pueden hacer esa función. Quizás no de una forma académica, pero sí muy efectiva.

Nico Williams: Se le ve con ganas de mostrarse al mundo. Verle correr por la banda es un espectáculo por su verticalidad y velocidad punta. Y además, es capaz de terminar las jugadas. Remata, percute y golea. Cada día es mejor jugador y con Lamine componen las dos mejores bandas de Europa. Le cedió un penalti a Lamine, gesto que fue aplaudido por los ocho mil españoles que asistieron al partido en Stuttgart.

Fabián: Apenas pudo dejar huella de su clase porque entró en el peor momento.

Dani Olmo: Lo mismo que Fabián, pero incluso más sufrido porque en ese momento ya no llegaban balones arriba.

Vivian: Tuvo la desgracia de meterse un gol en propia puerta.

Samu: Dispuso de muy poco tiempo, pero dejó un remate de delantero de verdad. Hay que verle más.

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