Asencio lo da todo por el Madrid

En el minuto 66 del Real Madrid-Celta, el Bernabéu estaba feliz porque su equipo ganaba cómodamente (3-0), con su portería sellada a cal y canto con una buena actuación de sus centrales: Asencio y Tchouameni. Como el francés estaba apercibido por tarjetas y corría peligro el Clásico de Montjuïc, cuando apareció la tablilla de cambio, sorprendió al personal el número 35 de Asencio. “¿Carlo se ha vuelto loco? Es el más seguro de la zaga y no está apercibido”.

Pero el italiano sabía bien lo que hacía. El canterano lleva más de 48 horas entre vómitos y diarreas. Había perdido algo de peso y había dormido de pena en las dos noches previas al partido. Cualquier otro jugador, salvo Valverde, habría pedido al míster descansar. Pero Asencio es de otra pasta. Sabía que el equipo le necesitaba ante la plaga de bajas en su zona de acción (Carvajal, Militao, Rüdiger, Alaba, Mendy...). Habló con Ancelotti y le prometió que mientras le quedasen fuerzas, aguantaría sobre el terreno de juego.

Se fue con mala cara

No solo lo logró, sino que lo hizo de forma impecable con una actuación notable. No se le notó nada, aunque su rostro en el momento del cambio (salió Jacobo Ramón en su lugar) sí reflejaba lo que normalmente se llama “tener mala cara”.

En el minuto 66 y con 3-0, no pudo más y Carletto le dio tregua. La mala suerte es que a los tres minutos llegó el primer gol del Celta, tras un córner inexistente mal señalado por Gil Manzano, y que poco después saltó al campo Iago Aspas y montó un quilombo en la zaga madridista generando el 3-2 y casi forzando el empate. Sin Asencio, la defensa del Madrid baja muchos enteros...

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