Un día con Juan Ayuso
AS vive con el del UAE, uno de los favoritos al Giro, un entrenamiento durante una jornada entera. “Cada año me gusta más”, explica Juan en un año clave.


Cerca de las 12:00 de la mañana, en un punto de la carretera G1-673 que pertenece a la localidad de Caldes de Malavella (Girona), Juan Ayuso (22 años) aparece en el asiento de copiloto de su coche granate. Lo hace con su pareja Laura al volante y una compañera fiel, Trufa, la perra que ambos tienen. Es el punto en el que el del UAE iniciará un día de entrenamiento en suelo catalán (Laura y Trufa se marchan en ese momento a sus labores diarias).
AS pasa el día con uno de los grandes candidatos al Giro de Italia, con cinco victorias en 2025, y sus mejores meses desde que está en el profesionalismo en cuanto a rendimiento y conquistas. Ropa del equipo, bicicleta sacada del maletero, y montada, estiramientos… y a la carretera. Pero su mañana empezó mucho antes en su domicilio de Andorra. “Suelo despertarme a las ocho y media. En invierno sí suelo salir a entrenar más tarde, sobre las once, para evitar frío, pero ahora, cuando llega el buen tiempo, a las diez estoy fuera. Es algo monótono, de rutina, quitando los días de descanso. Intento dormir todo lo posible, masaje en casa y después cenar, ver alguna película y a la cama. Después, vuelta a empezar”, cuenta Ayuso sobre cómo es un día normal sin carreras.

Las imágenes del día con Ayuso
La primera comida del día, el desayuno, es de las más importantes. Tal vez la que más. “Nosotros tenemos que llegar a unos valores nutricionales. Entonces, para llegar, puedes hacer, dentro de lo normal, lo que quieras. Si me corresponden 30 gramos de grasa, no van a ser 30 de nocilla, por ejemplo. Vas jugando con ello. En mi caso suelo comer tostadas, filadelfia, jamón, mermelada, cereales… lo que varía es la cantidad”. Todo ello, marcado y guiado por el equipo UAE.

Cada detalle está calculado al máximo. “Tenemos la aplicación del equipo ya con recetas, por eso no tienes que pensar si unas tortitas llevan una determinada cantidad de azúcar porque ya el equipo lo ha comprobado”, añade Juan, que el día en el que está con AS tiene cuatro horas de entrenamiento y una ruta en la que tiene que hacer dos subidas de alrededor de 15 minutos.
La cota que eligió para ello fue el Alto de Sant Grau (alrededor de 7 km), por partida doble, ascendiendo por la misma vertiente. Esfuerzo explosivo. Con esas directrices, él mismo crea su ruta en VeloViewer. En este caso, en un territorio algo desconocido por el corredor, por lo que estudia la zona previamente. Con todo el sacrificio que conlleva, el entrenamiento es mejor si lo haces con gusto.
“Como competir no hay nada, eso es evidente, pero cada año me va gustando más el proceso de llegar a competir, de ponerte en forma. En Sierra Nevada (en invierno) este año disfruté mucho, porque vas viendo cómo va cambiando la forma en tres semanas. También influye que todo me fuera saliendo bien”, explica un Ayuso que prácticamente el ciclismo que conoce, por su juventud, es el de datos.

“Tras el entrenamiento, subo mis datos a TrainingPeaks (una aplicación), lo ve mi entrenador y comentamos. Además, también me pide las sensaciones. Luego, sobre mis datos, no suelo subir nada públicamente. Tal vez tendría que empezar a compartir los datos de rendimiento en carreras, pero es que por pereza no suelo. Y como las redes sociales es algo que me importa poco, tal vez lo tengo algo desatendido”, explica Ayuso sobre unos datos… que él tampoco mira al resto.
“A veces veo rutas de otros por curiosidad, para descubrir sitios. En juvenil sí que miraba mucho los datos de los demás. Ahora es al revés, me da un poco igual porque luego en carrera la carretera no engaña. Algunos te pueden decir que han hecho un ritmo de 7 watios/kilo, y llega la carrera ni le ves. En mi caso, este año sí estoy en mis mejores números”, añade el de Jávea. El gimnasio también forma parte de su rutina, aunque obviamente “no es la parte preferida”.
Y, a nivel de entrenamiento, lo normal es ver a Ayuso solo… y sin parada a café ni similares: “El 95% voy sin nadie porque considero que así entreno mejor. Si vas con otra persona también estás un poco condicionado en lo que le toca ese día. No quiero ser egoísta y decir que hoy toca hacer esto, o aquello. Y al café no suelo parar. Creo que no tiene ningún beneficio al entrenamiento, tal vez, si acaso, mental”.

Terminado el entrenamiento, pasadas las 16:00, y mojado por las tormentas, ducha, comida y a reposar antes de atender a AS, esta vez en una mesa redonda con el mar de fondo, durante casi una hora. Día superado, al menos sobre la bicicleta, y reencuentro con Laura y Trufa. El trabajo ya está hecho y toca desconectar, algo también muy necesario en un estilo de vida tan exigente. Precisamente, esta forma de vida abre un debate reciente sobre si los corredores tendrán tantos años de carrera como, por ejemplo, Alejandro Valverde (retirado a los 42) o casos contrarios como el de Peter Sagan, que lo dejó con 33.
“Si el cuerpo aguanta... disfruto de lo que hago y no me veo acabando quemado. Claro que si eres un corredor que ganas carreras y después, en el futuro, vienen otras generaciones que te pasan por encima, puede ser el momento en el que de cabeza no sea fácil llevarlo. Si sigues estando en tu sitio, no veo el motivo para no estar mucho tiempo compitiendo”, explica Juan sobre su pasión por el ciclismo. Al Giro (desde el 9 de mayo) llegará con 17 días de competición (5 éxitos) y tras una concentración en Sierra Nevada. Es la hora de la verdad en un año clave.
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