De lateral derecho a soñar con el Giro

Juan Ayuso (22 años) hace tiempo que dejó de ser una promesa. Concretamente, desde que en La Vuelta de 2022, con 19 años (a escasos días de cumplir 20) subió al tercer cajón del podio en Madrid rompiendo un récord de precocidad que databa de 100 años atrás. Tras aquello, y marchando paso a paso, el de Jávea, afincado en Andorra, es una realidad consolidada en el pelotón.

En cuanto a las grandes del calendario, estuvo también en La Vuelta 2023 (4º, tras el triplete del Visma), el Tour del 2024 (abandono por coronavirus) y, en este 2025, llega su estreno en el Giro desde este viernes. Lo hace en la que está siendo la mejor temporada de su carrera (más allá de las cinco victorias), como líder del UAE y siendo uno de los grandes favoritos. Para el corredor “el rival a batir” será Primoz Roglic (35 años), que por palmarés y veteranía así lo es, aunque Juan llega con las ambiciones máximas. Desde 2015 ningún español conquista una grande (Alberto Contador en el Giro) y ahora se presenta una oportunidad importante, y más en un país y una carrera, aunque sea la de la categoría Sub-23, en la que Ayuso ya triunfó en 2021 en el Giro Baby con tan solo 18 años.

Ya a finales de 2020, con Matxin como gran valedor, había firmado por el UAE, y en ese periodo inicial le ‘cedieron’ al Colpack Ballan para que siguiera su progresión. En ese verano de 2021 vieron que estaba listo para dar el salto y pasó al citado UAE, con el que tiene contrato hasta 2028. Sin embargo, la bicicleta no estuvo en su vida desde la cuna, y es que su infancia estuvo marcada por las mudanzas. Nacido en Barcelona (criado en Jávea, se considera valenciano, no catalán), con dos años su familia se mudó a Atlanta por motivos de trabajo de su padre, Javier.

“De aquella etapa recuerdo poquito, la verdad. Se me quedó el inglés, eso sí. Tenía un amigo, pero me volví con casi 6 años y no supe más de él”, cuenta Juan a AS, y es que en Estados Unidos ya tuvo un primer contacto con el soccer. La familia regresó a España y vivieron una corta temporada en Madrid. En ese periodo, Juan siguió con el fútbol, esta vez en el equipo Canillas, jugando en Valdebebas (la Ciudad Deportiva del Real Madrid) como lateral derecho. Con apenas dos años en la capital, tocaba nuevo destino… y la familia había pensado en Asturias, pero no había plazas en colegios británicos para Juan. Finalmente, Jávea (Alicante) fue el destino que decidieron.

“Todos los periodistas extranjeros se sorprenden de mi inglés, y eso que cada vez lo voy perdiendo más”, destaca sobre el idioma. A los ocho años, y gracias a su amigo Mateo, llega el momento clave: Juan prueba en la escuela de ciclismo. “Usaba las bicis del club hasta que tuve una propia, que recuerdo que era una Orbea negra y naranja”. Ya centrado de manera única, 2017 fue un año clave: campeón de España cadete de fondo y de crono. “En ese momento pensé que podía llegar a ser un corredor Continental (3ª categoría) o Pro Teams (2ª)”, explica, y su crecimiento fue imparable hasta ser una estrella del pelotón con mucho camino por hacer.

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Teniendo a Contador como ídolo en su infancia, aficionado del Barça y siendo la NFL una de sus grandes aficiones para ver (aunque desde 2022, no por su etapa en Atlanta), Juan tiene en su masajista, Paco Lluna, un apoyo muy importante. Hacía también la misma labor con Marco Pantani. “Yo no había ni nacido y él ya estaba en el ciclismo. Tengo confianza plena. Es la voz de la calma y la sensatez. Cuando yo a lo mejor soy más caliente, es el que me pone todo en contexto”, explica Ayuso. “Espero que esta temporada marque mi carrera”, advierte el corredor del UAE, ya en Albania. Y para ello el Giro es clave.

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