¿Cuántos días puede durar un Cónclave, cuántas votaciones puede haber y qué pasa si no hay acuerdo?
Este es el número máximo de votaciones que puede haber en un Cónclave para elegir a un nuevo Papa de Roma.

La elección de un nuevo Papa sigue reglas precisas que combinan tradición, secreto y estructura.
Durante un cónclave, la señal visual más conocida es la fumata, el humo que sale de la chimenea del Vaticano para indicar el resultado de las votaciones. Pero, ¿cuántas fumatas puede haber como máximo? ¿Y qué ocurre si los cardenales no logran ponerse de acuerdo?
El número máximo de votaciones
En cada jornada del cónclave se celebran hasta cuatro votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. Tras cada par de votaciones se realiza una única fumata —blanca si hay Papa, negra si no—, lo que significa que puede haber hasta dos fumatas por día.
No hay un número exacto de fumatas “máximo” establecido en la normativa, pero el cónclave no puede extenderse indefinidamente. A lo largo de los siglos, algunos cónclaves han tenido más de diez o incluso veinte fumatas negras antes de llegar a un consenso.
¿Qué pasa si no hay acuerdo? El eprotocolo del Vaticano
Según la Constitución Apostólica vigente (Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996 y modificada por Benedicto XVI en 2007), si después de 33 o 34 votaciones (es decir, tras unos 13 días) no se ha elegido Papa, los cardenales pueden decidir por mayoría absoluta reducir el umbral de votos necesario para elegir al nuevo Pontífice.
En concreto:
- Pueden limitar la elección a los dos candidatos más votados.
- O bien, pueden permitir que sea elegido el Papa por mayoría simple (la mitad más uno), en lugar de los tradicionales dos tercios.
Esta medida excepcional busca evitar bloqueos prolongados como los del pasado, como el célebre cónclave de Viterbo (1268–1271), que duró casi tres años.
¿Y si aún así no se elige a nadie?
En teoría, los cardenales están obligados a permanecer en clausura hasta que haya elección. No se contempla una “fuga” del cónclave. La presión espiritual, mediática e interna es tan alta que siempre se llega a un acuerdo, aunque se tarden varios días y muchas fumatas negras.
Desde el siglo XX, ningún cónclave ha superado los cinco días, y la mayoría ha durado solo entre uno y tres.
Pieza potenciada mediante inteligencia artificial.
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